Frente Feminista Proletario de Montreal (Canadá) – La Carta de Principios del PQ: un instrumento hipócrita contra las mujeres inmigrantes.

Nota – Hemos recibido del Buró de Información Política del Partido Comunista Revolucionario (PCR-RCP) de Canadá http://www.pcr-rcp.ca/en/ su último Boletín de fecha 11 Octubre de 2013 que recoge el siguiente manifiesto de Frente Feminista Proletario de Montreal. La traducción al español es responsabilidad de Gran Marcha Hacia el Comunismo. Madrid, octubre 2013.

LA CARTA DE PRINCIPIOS DEL PARTIDO QUEBEQUÉS (PQ): UN INSTRUMENTO HIPÓCRITA CONTRA LAS MUJERES INMIGRANTES
¡NO LE CORRESPONDE AL ESTADO SINO A LAS MUJERES EL DECIDIR!

Tratando de defender su “Carta de Valores de Québec”, el Gobierno de Québec mantiene que mejorará “la igualdad de género” y asegurará el laicismo del Estado.
Prohibiendo a los funcionarios públicos y demás personal público de “llevar símbolos religiosos visibles”, el PQ (Partido Quebequés) pone en su punto de mira principalmente a las mujeres que llevan el pañuelo islámico. El Frente Feminista Proletario de Montreal se opone a esta medida hipócrita y discriminatoria. Lo consideramos un abuso del poder estatal contra los derechos de las vidas de las mujeres e inmigrantes.
Habría otros mil cambios que hacer si el Gobierno desea realmente combatir la opresión y desigualdad de la mujer. Entre ellos estaría asegurar el derecho de las mujeres a la autonomía, el derecho a trabajar sin ser discriminadas y el derecho a la libertad de pensamiento. Las medidas planteadas por el PQ son hipócritas y contradictorias. De un lado, arrebatan los derechos de las mujeres musulmanas –y a todos los que desean mostrar su religión. Pero al mismo tiempo, defienden el “derecho” del Gobierno de Québec a exhibir un crucifijo en la Asamblea Nacional y autorizan a rezar en los ayuntamientos y dotar de fondos públicos a los colegios religiosos. Aboliendo tales privilegios a determinadas religiones es precisamente el tipo de acciones que serían necesarias para asegurar que el Estado se convierte en auténticamente laico.
Dotando de privilegios exclusivos a la religión católica, el PQ muestra que su “laicismo” es nada más que una broma. La “herencia” que el PQ defiende arrastra una larga historia de opresión e injusticia contra las mujeres.
¡Tanto la religión como el Estado capitalista oprimen a las mujeres!
La mayoría de las religiones, tanto en sus escritos como en la práctica, han tratado a la mujer como inferior. En Québec, en Canadá y en otros lugares, los Gobiernos, los capitalistas y los partidos gobernantes, utilizaron la religión hasta diversos grados para justificar sus injustas políticas hacia la mujer. Las empresas y el Estado hicieron esto cuando la Iglesia Católica en Québec exhortó a las mujeres trabajadoras a volver a sus hogares después de la Segunda Guerra Mundial, o en los años 50 cuando los curas forzaron literalmente a miles de mujeres a continuar aumentando sus ya extensas familias, en nombre del “deber conyugal”. ¡Si existe un símbolo de la opresión de la mujer de la que Québec debe deshacerse es, desde luego, el crucifijo que el más derechista Primer Ministro en la historia de Québec, Maurice Duplessis, colocó detrás del asiento del Presidente en la Asamblea Nacional!
En Québec, como en el resto de Canadá, la lucha contra las ideas reaccionarias (tales existen en todas las religiones) debe ser emprendida colectivamente entre el pueblo trabajador y oprimido. Debemos unir a mujeres y hombres de distintos orígenes en torno a un proyecto de sociedad emancipadora e igualitaria. Este proyecto –de un mundo libre de explotación, racismo y opresión de la mujer- no se puede alcanzar dentro del marco del actual sistema capitalista o confiando en un Estado que apoya los poderes existentes. Debemos rehusar conceder al Estado cualquier poder adicional sobre nuestras vidas.

*Lucharemos por unir a las mujeres que son rechazadas por el sistema burgués en una lucha de clases colectiva.
*Apoyaremos a las mujeres que busquen la libertad de la opresión, ya sea de su familia, del trabajo o de la religión.
*Lucharemos resueltamente contra cualquier Estado religioso u otro Estado cuyas políticas sean influidas por una u otra religión.
*De forma similar, combatiremos contra cualquier Estado que quiera decidir por nosotras, al proteger y defender a la burguesía y a los ricos.
*Combatiremos cualquier política estatal que mine el poco poder que las mujeres, especialmente las mujeres pobres e inmigrantes, tienen sobre sus vidas.

¡Debemos deshacernos de la opresión misma… más que de los símbolos! En tanto vivamos en un sistema desigual dirigido por una minoría de gobernantes que explotan a la clase trabajadora –especialmente a las mujeres y los inmigrantes- debemos oponernos al poder estatal y exigir los siguientes derechos:

*Derecho a la dignidad y al respeto.
*Derecho a que todos puedan mostrar sus diferencias, en opinión y en orientación espiritual y sexual.
*Derecho a un trabajo y salarios decentes.
*Derecho a la vivienda
*Derecho a una educación libre y laica, dedicada al desarrollo de los individuos en una sociedad igualitaria libre de explotación.
*¡Esta es la única “Carta” por la que soñamos!

¡Y exigimos esto ni más ni menos… hasta que cambiemos todo el sistema!

Frente Feminista Proletario – Montreal