Honor a la Camarada Rosa – Informe de la reunión entre camaradas del PCm Italia y del MKP de Turquía y Kurdistán Norte sobre la cuestión de la mujer – Palermo, 6 Marzo 2004 (IV)

Nota – El 6 de marzo de 2004 se celebró una reunión entre camaradas del Partido Comunista maoísta de Italia (PCm) y del MKP (Partido Comunista Maoísta de Turquía Kurdistán Norte) para abordar la problemática de la mujer en ambos países. Por parte del MKP asistió la Camarada Rosa, dirigente del Partido asesinada por el régimen fascista turco el 16 de junio de 2005 junto con otros 16 dirigentes y combatientes comunistas. El informe sobre dicha reunión fue editado como folleto por el MFPR (Movimiento Feminista Proletario Revolucionario), organización generada del PCm Italia bajo el título “Honor a la Camarada Rosa”. Como prólogo al Informe se señala “Editamos el informe de la importante reunión celebrada el 6 de Marzo de 2004 en Palermo con la Camarada Rosa, trágicamente asesinada por el régimen fascista turco. En nombre de Rosa, pese a su asesinato, continuaremos este trabajo, con otras camaradas del MKP.” Continuamos hoy con la publicación del Informe iniciada recientemente, y seguiremos haciéndolo en los próximos días. La traducción al español es responsabilidad de Gran Marcha Hacia el Comunismo. Abril 2013.

PCm: Quiero hablar más sobre la condición de la mujer en un país imperialista como el nuestro. Tras haber empujado a la mujer a la producción, el imperialismo trata de hacerla retroceder, de vuelta al hogar. Sus ataques contra los derechos que las mujeres han conquistado son mayores que lo normal. Muchas mujeres son despedidas porque están embarazadas y generalmente son marginadas hacia los trabajos más precarios y peor pagados. Por ejemplo, este es un punto de la huelga del 8 de marzo. En los aspectos ideológicos, el ataque de la burguesía es mayor aún. Hablamos de una nueva Edad Media, en particular referente a las nuevas leyes llevadas a cabo por este Gobierno: sobre la fecundación asistida, las leyes han determinado que la vida de las mujeres es menos importante que la vida del feto, que una célula. Ofrecen dinero a las mujeres para que no aborten. Todo esto se refleja también en los aspectos culturales y en la comprensión de las masas: la imagen de las mujeres mostrada por los medios de comunicación, es que se trata de un objeto de placer sexual, o que no tienen que pensar en otra cosa más que en los hijos y el hogar. Esto desarrolla nuevamente las ideas sexistas que en los pasados años se han ido debilitando gracias a la lucha de las mujeres. Los hombres, también entre los proletarios, se sienten más y más legitimados para mantener a las mujeres como propiedad suya. El año pasado han sido asesinadas unas 100 mujeres por sus familiares o parejas. Esto muestra cómo en una sociedad capitalista avanzada están introduciendo aspectos feudales y patriarcales. Cuando el imperialismo justifica su intervención en nombre de la libertad de la mujer, en la práctica lleva a cabo la opresión más cruel. Como declaró la conocida periodista y actriz afgana Pzira: “nosotras, que tanto odiamos el burka, no permitiremos que el imperialismo occidental nos lo arranque. Sería como una violación”. Vemos esto también en la iniciativa del Gobierno francés referente al velo en los lugares públicos: en nombre de la libertad en realidad reprimen. También en Italia, donde el imperialismo trata de mostrarse como estando de lado de la emancipación de la mujer, realmente su objetivo es imponer sus principios sexistas y reaccionarios: por ejemplo, mientras permiten a las mujeres que entren en el Ejército, su objetivo es que estas mujeres defiendan actitudes fascistas, nacionalistas y sexistas para oponerse a su verdadera emancipación.
Después de los años 70, no hemos contado con un movimiento de la mujer tan fuerte y organizado, incluso cuando un extenso número de muchachas y mujeres lucharon en los movimientos de masas, particularmente contra la guerra. Nosotras, a través del MFPR queremos organizar todas estas fuerzas comenzando por las mujeres proletarias.
En Italia tuvimos dos experiencias de lucha armada de las mujeres:
-La más importante, en la esfera comunista, la Resistencia Antifascista, en que muchas mujeres jugaron un papel de apoyo pero muchas de ellas también como combatientes y en la dirección.
-La otra, durante los años 70, fue entre las organizaciones combatientes, y en primer lugar las BR. Estas camaradas, algunas de las cuales están todavía en prisión y otras murieron en enfrentamientos armados, tienen el mérito de establecer con su lucha que las mujeres no son pacifistas, sino que deben y pueden dirigir la lucha armada. Pero esta experiencia, con la falta de la dirección de un Partido Comunista, se pierde, acabó. Hoy nosotras, nuestro Partido, quiere revivir la experiencia de estas mujeres y que gane la dirección de la guerra popular.

Vayamos al segundo punto del orden del día. El problema de la dirección de las mujeres en el Partido ha sido, desde el comienzo, una cuestión clave para nuestra organización. También sobre la base de la evaluación crítica de las pasadas experiencias de las organizaciones revolucionarias al igual que de los partidos marxistas-leninistas, donde los asuntos de la muer fueron manejados muy mal. Por ejemplo, el Partido Comunista Italiano (PCI) frenó la fuerza que las mujeres habían expresado durante la Resistencia en las “comisiones femeninas” cuyo propósito eran sólo las reformas, los derechos en el marco de la democracia burguesa. Las mujeres miembros de organizaciones revolucionarias, incluso si con frecuencia fueron un gran número, limitaron su actividad a dar apoyo práctico. Y también en los partidos marxistas-leninistas, sobre la base del materialismo mecánico, no pudieron comprender la importancia de la cuestión de la mujer para el Partido y la revolución. Señalaron que la revolución socialista en sí misma, de manera mecánica, solucionaría los problemas de la emancipación de la mujer.
Lo nuevo de nuestra organización ha sido afirmar en su Documento Base, de 1984, que necesitamos también crear las condiciones ideológicas, políticas y organizativas para desarrollar la militancia revolucionaria de las mujeres y su papel cómo dirigentes. En nuestras tesis, la base principal de la fundación de nuestro Partido, en el 2000, remarcamos que el resultado de la revolución depende del grado de participación de las mujeres y en el papel dirigente en ella al igual que el jugado por los sectores más avanzados de las mujeres proletarias en el Partido. Partimos del análisis de que el papel de las mujeres es una riqueza para todo el Partido y la lucha revolucionaria, porque el radicalismo de las mujeres, que parte de su doble opresión, las hace traer una revolución en la revolución, incluso en el Partido. Estamos plenamente de acuerdo en lo que dijo la camarada, que la Revolución no puede detenerse en su etapa socialista, sino que son necesarias llevar a cabo otras revoluciones culturales, como nos enseñaron Mao y Chiang Ching. Pensamos que en el Partido la teoría y la praxis de la revolución en la revolución deben aplicarse desde su nacimiento.
En las tesis de nuestro Partido establecimos que el Partido se construye y podrá avanzar en su carácter de Partido maoísta revolucionario sólo si ejerce consistentemente a nivel interno la lucha ideológica activa. La lucha ideológica activa es el medio necesario para construir un Partido maoísta de nuevo tipo, cuyos miembros se transformen continuamente para poner su vida completamente al servicio de la revolución. Esto consiste en un esfuerzo permanente para destruir todas y cada una de las formas de la ideología burguesa que existen dentro del Partido. Un aspecto de esta ideología burguesa es el sexismo, y sin una lucha permanente contra ella ésta se reproduce a sí misma. El hecho de que el Partido es comunista no es una garantía, necesita una lucha permanente. El papel de las mujeres camaradas es esencial, también en la lucha con ellas mismas, porque asumir un papel dirigente en la guerra popular es difícil. Sólo participar puede ser fácil. No obstante necesitamos luchar por un papel dirigente de las mujeres en la guerra popular y en el Partido para desarrollar plenamente todo su potencial revolucionario y dar forma y fortalecer un Partido maoísta de nuevo tipo, que supere su experiencia pasada. En nuestro proceso atravesamos diferentes momentos de una fuerte y activa lucha ideológica frente a la organización en su conjunto y los camaradas que reconocieron a nivel de principios el papel de dirección de las mujeres pero lo rechazaban en la práctica. Esta lucha ha sido dura pero hemos vencido: el 50% del órgano dirigente del Partido está formado por mujeres.
Otra batalla fue contra las camaradas mujeres, aquellas que por su origen pequeñoburgués abusaron de la lucha desinteresada del Partido en pro de la dirección de la mujer, para su beneficio y protagonismo.
En lugar de afirmar la necesidad del papel de la mujer para servir al Partido y la revolución, trataron de hacer en su beneficio. Otras camaradas expresaron su forma de pensar pequeñoburguesa echándose atrás cuando el Partido les pidió una mayor responsabilidad. Somos materialistas dialécticos; sabemos que el Partido no es una isla desierta y que las clases también existen dentro del Partido, y por esta razón necesitamos una atención y continua lucha ideológica activa de las camaradas contra cualquier reflejo de la ideología burguesa entre ellas y los demás camaradas.
Recientemente hemos luchado contra otro aspecto contrarrevolucionario, que se había introducido en el Partido y ahora ha sido expulsado, que negaba al MFPR, sus razones y la doble opresión de la mujer. Este punto de vista que hemos expulsado afirmaba que el Partido Comunista es “puro” y sus líderes no pueden tener una ideología sexista, negando la necesidad de que el Partido cree las condiciones ideológicas, políticas y organizativas para afirmar el papel de la mujer. Estos elementos trataban de preservar en el Partido su monopolio intelectual sobre las mujeres camaradas. Estos “camaradas” hombres argumentaban que en la familia proletaria las mujeres no están doblemente oprimidas, y en nombre del análisis de clase negaban las condiciones de opresión sobre la mujer. Sin muchas revoluciones, los proletarios no pueden liberarse a sí mismos de la ideología burguesa dominante que les influye. Una importante contribución en esta lucha provino de los escritos de la camarada Parvati, dirigente del PC de Nepal (Maoísta). Ella está llevando adelante en el PC de Nepal (Maoísta) una batalla contra las ideas sexistas entre los camaradas hombres nepaleses. Pensamos que esta batalla es necesaria en todos los Partidos, porque el papel de las mujeres en la guerra popular es indispensable, y es una línea divisoria y un punto estratégico para construir el Partido Comunista maoísta de nuevo tipo. Estamos muy interesadas en tener relación con otras camaradas de otros Partidos.

PCm: En relación con la cuestión del papel de las mujeres en el Partido, quiero leer algunas frases de Parvati: “La cuestión de la dirección femenina no puede ser abandonada, necesita ser conscientemente alimentada, educada, salvaguardada… Así pues, la lucha de las mujeres es doblemente compleja y hay que pedirles que sean doblemente revolucionarias… Su doble opresión y las continuas y falsas promesas de igualdad que les hacen las clases dominantes, les hacen prestar atención para descubrir todos y cada uno de los actos contrarrevolucionarios o revisionistas”.