Desencadenar a las masas, entrar al futuro ¡Mao es la clave! – Editorial de «Un Mundo que Ganar» 15/1990

 

UnMundoqueGanar1990-15Nota – Cuando se cumple el 25º aniversario de la caída del muro de Berlín, exponente de la profunda crisis que sacudió a los regímenes falsamente comunistas de Europa Oriental y el hundimiento del revisionismo contemporáneo del tipo que existía en la URSS en aquellos momentos, reproducimos un amplio extracto del Editorial “Desencadenar a las masas, entrar al futuro ¡Mao es la clave” publicado en la hoy desaparecida revista marxista-leninista-maoísta “Un Mundo que Ganar”, nº 15/1990, y que Gran Marcha Hacia el Comunismo hemos transcrito para nuestro blog:

Hundimiento del revisionismo en el Este
DESENCADENAR A LAS MASAS, ENTRAR AL FUTURO –
¡MAO ES LA CLAVE!
La década de los 90 se ha iniciado con una serie de acontecimientos de estremecedoras proporciones: el hundimiento de los regímenes anteriormente existentes en Europa Oriental y el abandono casi completo de todo rastro de Marxismo-Leninismo por parte de los gobernantes soviéticos y de Europa del Este. Para los maoístas, que han sido los adversarios decididos de estos regímenes durante las últimas tres décadas, esta evolución es bienvenida. La existencia de estos horribles regímenes que se disfrazaban de “proletarios” y “socialistas” ha sido durante mucho tiempo una carga para los verdaderos revolucionarios. Es mejor que estos revisionistas muestren abiertamente su verdadera faz y no que continúen amparando sus crímenes bajo el nombre de nuestra ideología.
(…) Los enemigos revisionistas de los comunistas revolucionarios no sólo son débiles en los países donde han tenido el poder: todo el movimiento revisionista pro-soviético mundial se ha estremecido y desorientado profundamente por los acontecimientos del otoño del 89 e invierno del 90.
Pero aunque parte de enemigo está desorganizado, otra parte, las clases dominantes de los estados imperialistas occidentales son engreídas y arrogantes. Estos bandidos reaccionarios están tratando de utilizar los problemas de las bandas rivales del Este para proclamar la victoria final del capitalismo, el mercado y la “democracia” sobre lo que continúan motejando de “comunismo” o “estalinismo”.
(…) Nuestra mejor arma para entender la situación actual y combatir al enemigo son las enseñanzas de Mao Tsetung sobre la naturaleza de la sociedad socialista, la lucha de clases en el socialismo, y el peligro de restauración capitalista como la que tuvo lugar en la Unión Soviética y los países de Europa del Este tras la muerte de Stalin, y que Mao analizó.
Mao no sólo entendió el socialismo desde el punto de vista teórico, sino que dirigió a las amplias masas en la construcción del socialismo y en el desarrollo de la Gran Revolución Cultural Proletaria, un movimiento de masas sin precedentes con el objetivo de derribar a los altos cargos del Partido Comunista que, como sus semejantes de la Unión Soviética y Europa Oriental, estaban convirtiendo la propiedad pública socialista en una mera fachada que ocultaba su expropiación privada, cuya esencia era la misma que la de todos los demás explotadores capitalistas. En Europa Oriental se ha utilizado fraseología comunista para encubrir la desigualdad y la explotación existentes. (…) A diferencia de muchos revisionistas, no hemos de sorprendernos ni impresionarnos porque las masas en estos países enarbolen pancartas anticomunistas, ya que la palabra “comunismo” se ha empleado para justificar toda la explotación, desigualdad y reacción de esos regímenes. Como tan enérgicamente señaló Mao al hablar de los seguidores del camino capitalista en China, “es justo rebelarse contra los reaccionarios”. Nos incumbe a nosotros, los auténticos comunistas revolucionarios, los maoístas, quitarles la máscara “roja” a estos reaccionarios y mostrarle a todo el mundo su horrible cara capitalista.
Lo más importante a entender de los regímenes desacreditados del Este no son principalmente sus diferencias ideológicas y gubernamentales con el Oeste, sino la esencia de clase de estos regímenes que es la misma del Occidente capitalista.
1) Una pequeña minoría de la sociedad controla (y de hecho, posee) los medios de producción a través de su control del aparato del Estado.
2) Esta minoría actúa como clase en todos los aspectos. Miles de lazos visibles e invisibles, secretos y abiertos, ligan a los políticos de la dirección del partido, directores de fábricas, escuelas y hospitales, figuras destacadas de los medios de comunicación y del campo cultural. Además, esta clase se perpetúa del mismo modo que la burguesía occidental, legando su riqueza y su poder a sus hijos.
3) Esta clase dominante utiliza a la policía, al ejército, los tribunales y las cárceles para ejercer una dictadura enmascarada sobre la mayoría de la sociedad y aplastar con saña a quien se oponga a ello.
4) Los obreros están reducidos a la condición de esclavos asalariados; no controlan los asuntos de Estado ni tienen voz en el funcionamiento de sus fábricas y empresas. Su tarea es callar y trabajar duro, y recibir a cambio su paga.
5) La producción no está en función de las necesidades del pueblo, sino de la obtención de la máxima ganancia, aunque con frecuencia se disfrace con el plan estatal.
6) El sistema educativo y el campo cultural exaltan la situación actual y propagan la concepción de la clase dominante. Apenas se permite la crítica al orden establecido.
Todos estos rasgos de los regímenes de Europa Oriental son muy conocidos para nuestros lectores del Occidente imperialista, pues son rasgos típicos de todos los estados capitalistas.
(…) El falso “Marxismo-Leninismo” y verdadero revisionismo ha sido la ideología oficial, la religión del Estado, en los países del bloque oriental. (…)
Es absolutamente necesario que el proletariado y las masas revolucionarias tomen el poder donde sea posible y comiencen a construir el socialismo. Las victorias en este proceso, como las logradas en la URSS con Lenin y Stalin y en China con Mao, ayudan a impulsar el movimiento revolucionario mundial en su conjunto, especialmente al servir como ejemplo vivo de que la explotación del hombre por el hombre no ha de ser necesariamente el principio organizativo de la sociedad. Sirven a los oprimidos como faro que anuncia un futuro mejor. (…)
La profunda crisis de los regímenes del bloque oriental y el hundimiento del revisionismo contemporáneo de tipo soviético proporciona una oportunidad excelente para los auténticos comunistas. Aunque suenen fuerte las trompetas del anticomunismo, el Movimiento Revolucionario Internacionalista* y otras fuerzas maoístas están equipadas con el instrumento necesario para aprovechar esta excelente situación y hacer avanzar la lucha revolucionaria. Este instrumento no es otro que el Marxismo-Leninismo-Pensamiento Mao Tsetung**: el enemigo decidido del pesimismo, el agnosticismo y todas las formas de revisionismo. Las lecciones que ha aprendido el proletariado al hacer la revolución y construir el socialismo no son inútiles; nos permitirán barrer el colosal montón de basura y construir lo nuevo. Que la revolución socialista sea compleja y prolongada no es un argumento para no hacer la revolución; por el contrario, evidencia la grandeza de la tarea de crear un mundo nuevo. (….)

Notas
(*) El Movimiento Revolucionario Internacionalista (MRI) se constituyó el 12 de marzo de 1984, agrupando a partidos y organizaciones revolucionarias maoístas de distintos países con el objetivo de unirse a escala internacional para reanudar la marcha hacia una nueva Internacional Comunista. Durante más de dos décadas el Movimiento Revolucionario Internacionalista, dado que estaba basado en el marxismo-leninismo-maoísmo, obtuvo importantes logros teóricos y prácticos.. Los documentos aprobados en las conferencias internacionales y reuniones ampliadas del MRI (como la Declaración del Movimiento Revolucionario Internacionalista, ¡Viva el Marxismo-Leninismo-Maoísmo! y el Comunicado del 1º de Mayo de 2000), pese a algunas debilidades y deficiencias, fueron todos importantes contribuciones teóricas para el avance del Movimiento, como parte del movimiento comunista internacional. El apoyo internacionalista a la guerra popular en Perú y al Partido Comunista del Perú, incluida la histórica campaña en defensa del Dr. Abimael Guzmán (más conocido como Presidente Gonzalo), la contribución y apoyo para el inicio y continuación de la guerra popular en Nepal durante sus diez años, la edición de la revista Un Mundo que Ganar en varios idiomas que permitió que se conocieran los acuerdos políticos e ideológicos y el análisis del Movimiento y de sus partidos y organizaciones en distintos países, y las declaraciones emitidas, fueron rasgos notables del papel jugado por el MRI en el movimiento comunista internacional.
Sin embargo el MRI no pudo cumplir las tareas que había asumido y entró en crisis. Cuando el revisionismo de la variedad de la “nueva síntesis” post MLM de Bob Avakian se convirtió en dominante en el Partido Comunista Revolucionario, EU, y la variedad Prachanda-Bhattarai se convirtió en dominante en el Partido Comunista Unificado de Nepal (Maoísta), no sólo estos partidos -que formaban parte del MRI- se desviaron del sendero de la revolución y el comunismo, sino que los efectos destructivos y despectivos de sus líneas contrarrevolucionarias afectaron negativamente a los partidos y organizaciones dentro del MRI, especialmente al Comité del MRI (CoMRI), de manera extensa y profunda. Estas son las fuentes ideológicas inmediatas que condujeron a la crisis y colapso final del MRI.
(**) En aquellas fechas el MRI defendía el Marxismo-Leninismo-Pensamiento Mao Tsetung como la ideología revolucionaria del proletariado. Posteriormente, en Diciembre de 1993, el MRI dio un paso trascendental al adoptar la Resolución ¡Viva el Marxismo-Leninismo-Maoísmo! con el reconocimiento del marxismo-leninismo-maoísmo como nueva, tercera y superior etapa del marxismo.